¿Qué es la timpanometría?
Gracias a esta prueba y la respuesta que dé la membrana timpánica, se pueden delimitar diversos aspectos relativos a la audición. El objetivo principal consiste en determinar si se está produciendo o no alguna pérdida auditiva sensorial o si se trata de una pérdida de escucha conductiva. Pero, además, gracias a esta prueba, se puede extraer más información valiosa como si hay alguna inflamación del oído o algún problema con alguno de los huesecillos del oído: el martillo, el yunque o el estribo. Los resultados que se consigan serán para constatar la reacción del oído ante determinados estímulos (la variación de presión) y dichos datos serán muy importantes a la hora de que un especialista tome determinadas acciones futuras.
Para realizar este tipo de prueba auditiva se necesita insertar la punta de una sonda en el conducto auditivo externo hasta conseguir un cierre hermético. Una vez dadas las condiciones, se pueden extraer los resultados referentes a la membrana timpánica. Durante la timpanometría, el oído del paciente se expone a diferentes presiones. Es importante que durante dicho examen auditivo no se hable, se mueva ni se trague, ya que esto podría alterar los niveles de presión y, por tanto, brindar unos resultados incorrectos.
Al ejercer un sello hermético en el oído, podría darse el caso de que el paciente sienta unas pequeñas molestias durante unos minutos. Dichas molestias serían similares a las que se pueden notar cuando se viaja en avión dada la altitud. Aunque es algo factible, no es habitual que ocurra en todos los casos después de realizarse una timpanometría. Aunque, en el caso de que las molestias persistan, hay que comunicárselo al médico especialista a la mayor brevedad posible.