¿Qué es la hipoacusia?


Como comentamos anteriormente, los niveles de esta pérdida auditiva pueden ser tres: leve, moderada o grave.
- Hipoacusia leve: Esta suele ser una de las pérdidas auditivas más comunes relacionadas, sobre todo, con el proceso natural de envejecimiento de las personas y consiste básicamente en la dificultad que tienen las mismas para oír o escuchar ciertas palabras o sonidos en entornos ruidosos.
- Hipoacusia moderada: Este caso suele darse cuando las personas tienen dificultad para escuchar correctamente una conversación sin la utilización de una prótesis de audición como pueden ser, por ejemplo, los audífonos.
- Hipoacusia grave: En esta situación, las personas tienen una pérdida grave de audición lo que les impide o imposibilita escuchar correctamente casi ante cualquier situación lo que requiere de un tratamiento de prótesis auditiva o implante.
- Dificultad para escuchar sonidos cotidianos provenientes de la televisión, la radio, el ordenador u otros dispositivos. Sonidos que antes sí se escuchaban y que ahora requieren de un aumento del volumen para detectarlos.
La hipoacusia, en aquellos casos que no tienen que ver con la genética del paciente, se puede prevenir desde la infancia poniendo en práctica determinadas técnicas de prevención de los oídos como pueden ser, por ejemplo, utilización de un volumen de sonido moderado en aquellos dispositivos que se utilizan de forma diaria (auriculares), protección de los oídos en la realización de trabajos o tareas ruidosas (desbrozadoras, taladros, etc), una correcta higiene de los oídos (no utilización de bastoncillos de algodón) o protección ante épocas del año en las que hace mucho frío (utilización de gorros u orejeras).
Todo ello, tal y como recomiendan los expertos, realizando revisiones auditivas de forma periódica al igual que hacemos con otras partes de nuestro cuerpo como pueden ser, por ejemplo, la boca o los ojos.
Tal y como recomiendan los expertos en audición, es importante realizar revisiones auditivas de forma periódica para detectar cualquier alteración en la escucha, pero existen también algunos síntomas que hacen que las personas puedan detectar esta pérdida auditiva en su audición diaria. Son los siguientes:
- Dificultad para escuchar conversaciones de las que formamos parte y tener que pedir de forma frecuente que se repitan los mensajes para poder reconocerlos correctamente.
- Escuchar determinados sonidos de forma más elevada a lo que en realidad son y que esto resulte molesto: ruido de motos, sonidos de ambulancias, timbre de casa, etc.
- Problemas para diferenciar entre distintos tipos de sonidos agudos.
- Predilección de entendimiento de las voces masculinas por encima de las femeninas.
- Sensaciones de presión en los oídos o síntomas de mareo y desequilibrio tanto al mantenerse de pie como sentado.