¿Qué es la laringitis?
Se trata de una infección respiratoria que provoca la inflamación de la laringe, que está situada en el tracto superior del aparato respiratorio, concretamente al principio de la garganta, a la altura de las cuerdas vocales.
Con estos consejos se pueden mejorar los síntomas en los niños:
- Beber líquidos.
- No obligar al pequeño a comer, si no quiere, ya que es normal la falta de apetito durante la laringitis.
- Inhalar aire húmedo. Se puede conseguir en el baño, acompañando al niño con la puerta cerrada y dejando abierto el grifo de agua caliente, de 10 a 20 minutos. Otras opciones son usar un humidificador o colocar recipientes con agua en los radiadores.
- Facilitar que el niño respire aire frío a través de la ventana, abrigándole previamente. Esto ayuda a disminuir la inflamación del tejido de las vías respiratorias.
- ¡Cuidado con los antibióticos! No son útiles para la laringitis porque se trata de una infección de origen vírico. Tampoco lo son los collarines con agua y alcohol, que pueden provocar irritación cutánea.
- ¿Y los jarabes y supositorios? Antes es importante acudir al pediatra para que indique si son adecuados.
- Tratar la fiebre con el antitérmico prescrito en la consulta de Pediatría, como, por ejemplo, ibuprofeno, y observar cómo evoluciona.
La más característica, y que suele poner en alerta a los padres, es la tos similar al sonido de un ladrido de perro. Igualmente, los niños pueden manifestar:
- Mocos y fiebre, especialmente los primeros días.
- Un tipo de tos seca y fuerte, que se relaciona con voz ronca y afónica.
- Ruido al respirar. Es posible que algunos niños produzcan un sonido al inhalar, también conocido como estridor, durante la laringitis.
- Dificultad para respirar. En algunos casos, la inflamación laríngea puede llegar a complicar el acceso del aire, lo que provoca una respiración acelerada en el menor, es decir, costillas marcadas o una pared torácica que se comprime más de lo habitual mientras respira.
- La noche agrava los efectos anteriores.
Normalmente la laringitis no es una infección grave, y termina curándose por sí sola. No obstante, nuestro pediatra nos indica que "los casos en los que el niño presente ruido al respirar o dificultad respiratoria pueden requerir tratamiento para reducir la inflamación de la laringe con medicamentos como los corticoides, que son antinflamatorios".